Los trastornos sanguíneos afectan cada año a millones de personas en Estados Unidos. Desafortunadamente, muchos de estos trastornos no se diagnostican ya que los síntomas pueden ser similares a los asociados con otras enfermedades. Vivir con una enfermedad crónica de la sangre puede ser difícil, pero entender la enfermedad y cómo afecta a tu cuerpo es clave para controlar los síntomas.
Tener un trastorno hematológico crónico puede ser como adentrarse en un terreno nuevo, pero armarse de conocimientos puede ayudarte en tu camino hacia el bienestar. Con eso en mente, echemos un vistazo a algunos de los tipos más comunes de enfermedades crónicas de la sangre -desde la leucemia hasta la anemia de células falciformes- mientras exploramos los síntomas, las opciones de tratamiento y otras consideraciones.
1. Anemia
Según la Clínica Cleveland, la anemia es la enfermedad crónica de la sangre más común en todo el mundo. Las personas diagnosticadas de anemia tienen una deficiencia de glóbulos rojos o hemoglobina, lo que provoca una falta de oxígeno en el organismo. La anemia puede causar fatiga, debilidad, dificultad para respirar, palidez y dolores de cabeza. La anemia ferropénica es el tipo más común de anemia y suele tratarse con suplementos o cambios en la dieta. Sin embargo, en casos graves, las personas pueden necesitar transfusiones de sangre.
2. Talasemia
La talasemia es un trastorno genético de la sangre que causa una producción insuficiente de hemoglobina, lo que conduce a la anemia. Se diagnostica con mayor frecuencia en personas de ascendencia mediterránea, africana, de Oriente Medio y del sur de Asia. Los síntomas de la talasemia pueden variar desde leves, que no requieren tratamiento, hasta graves, en los que son necesarias frecuentes transfusiones de sangre.
3. Hemofilia
La hemofilia es un trastorno genético que dificulta la coagulación de la sangre y provoca hemorragias excesivas. La gravedad de la hemofilia varía: algunas personas presentan síntomas leves y otras sufren hemorragias frecuentes y graves. El tratamiento suele incluir medicación y factores de coagulación para evitar hemorragias excesivas.
4. Anemia Falciforme
La anemia falciforme es un trastorno genético de la sangre que afecta a la forma de los glóbulos rojos, provocando que tengan forma de medialuna en lugar de redonda. Como resultado, estas células pueden atascarse en los vasos sanguíneos, provocando dolor y daños en los órganos. Los síntomas de la anemia falciforme pueden tratarse con medicación, transfusiones de sangre y trasplantes de médula ósea.
5. Leucemia
La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a la sangre y la médula ósea. Provoca una sobreproducción de glóbulos blancos inmaduros, lo que lleva a una disminución de la producción de células sanguíneas sanas. Los síntomas de la leucemia pueden ser variados, como fatiga, infecciones y hemorragias. El tratamiento suele incluir quimioterapia, radioterapia y trasplante de médula ósea.
Las enfermedades hematológicas crónicas pueden afectar gravemente a la calidad de vida de una persona y su tratamiento puede ser largo y difícil. Sin embargo, con un diagnóstico y un tratamiento adecuados, muchos trastornos sanguíneos crónicos pueden tratarse eficazmente.
Conocer las enfermedades hematológicas más comunes permite reconocer los síntomas y buscar atención médica lo antes posible, lo que puede reducir el riesgo de complicaciones de salud posteriores. Por lo tanto, las revisiones periódicas y los análisis de sangre son esenciales para mantenerse sano y detectar a tiempo cualquier posible trastorno sanguíneo.
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