Todos los padres se enfrentan a conversaciones difíciles sobre salud con sus hijos. Cuando se trata de la salud de la sangre y la menstruación, algunas madres dudan, inseguras de cómo abordar el tema o cuándo empezar. Esto es totalmente comprensible. Sin embargo, la educación es la herramienta más poderosa que podemos dar a nuestras hijas. Romper el silencio a tiempo no sólo las prepara para los cambios físicos, sino que establece una base de confianza, autonomía y bienestar que dura toda la vida. He aquí diez importantes razones por las que estas conversaciones las debes tener cuanto antes.
1. Prevenir el factor sorpresa
Por lo general, las niñas empiezan a menstruar en torno a los 12 años, pero pueden hacerlo a partir de los 10 [1]. Sin una preparación adecuada, este proceso natural puede resultar aterrador o embarazoso. Las conversaciones tempranas eliminan el “factor sorpresa” que muchas niñas experimentan con su primera regla. Como dijo un ginecólogo-obstetra, “Muchas chicas sentían como si estuvieran enfermas o incluso como si se estuvieran muriendo al notar el flujo de sangre del periodo” [2]. Hablar de antemano sobre lo que cabe esperar transforma un momento potencialmente aterrador en un hito bien comprendido.
Cómo iniciar la conversación: "¿Sabías que nuestros cuerpos tienen una forma sorprendente de crecer? Te voy a contar un cambio que le ocurre a la mayoría de las chicas de tu edad..."
2. Construir una base de educación del cuerpo
Enseñarle a tu hija a conocer la salud de su sangre desde una edad temprana le ayuda a desarrollar una educación fundamental sobre el cuerpo, es decir, a entender cómo funciona y por qué. Este conocimiento constituye la base de todas las decisiones futuras sobre la salud. Cuando las niñas aprenden a identificar las partes del cuerpo por su nombre y a comprender los procesos biológicos básicos, están mejor preparadas para hablar de su salud con los médicos a lo largo de su vida [3]. Este conocimiento se convierte en una forma de protección y empoderamiento.
Cómo iniciar la conversación: "Hablemos de los nombres de las distintas partes del cuerpo y de cómo funcionan en conjunto para mantenernos sanos..."
3. Normalizar los procesos naturales
Cuando se oculta la salud de la sangre o se habla de ella con eufemismos como “Andrés, el que te visita una vez al mes”, se refuerza la nociva idea de que la menstruación es algo vergonzoso o sucio. Las conversaciones tempranas y directas ayudan a que estos procesos naturales se vean como algo normal. Como explica la doctora Rula Kanj, "la menstruación no es algo de lo que haya que avergonzarse. La sangre menstrual no es sucia... Es sólo el revestimiento del útero que se desprende" [4]. Esta normalización ayuda a las niñas a desarrollar actitudes sanas sobre su cuerpo.
Cómo iniciar la conversación: "En nuestra familia hablamos abiertamente de cómo funcionan los cuerpos, porque los procesos naturales no son algo de lo que haya que avergonzarse..."
4. Detección temprana de posibles problemas de salud
Las chicas que entienden lo que significa “normal” en relación con la salud de su sangre pueden reconocer mejor cuando algo no va bien. Las hemorragias abundantes, el dolor intenso o los ciclos irregulares pueden indicar enfermedades como la endometriosis, fibromas o el síndrome de ovario poliquístico. Reducir el estigma en torno a la menstruación significa poder hablar de menstruaciones normales y anormales, que son tratables. El sufrimiento no tiene por qué ser una parte normalizada de la madurez y el crecimiento [4]. Una concienciación temprana significa intervenciones más tempranas cuando son necesarias.
Cómo iniciar la conversación: "Es importante saber lo que es normal para que puedas decirme si algo no va bien con tu cuerpo..."
5. Establecer un modelo de comunicación abierta
El inicio temprano de estas conversaciones establece que ningún tema de salud está prohibido entre tú y tu hija. Esta política de puertas abiertas se extiende más allá de la menstruación a otros temas importantes como la nutrición, la actividad física, la salud emocional y la salud reproductiva. La Dra. Chavone Momon-Nelson recomienda “tener una relación de comunicación abierta en la que se anime a los niños a que te cuenten lo que les preocupa, lo que les despierta curiosidad y se les escuche sin juzgarles” [4]. Esta base de confianza será muy útil cuando tu hija entre en la adolescencia.
Cómo iniciar la conversación: "Siempre puedes acudir a mí con preguntas sobre tu cuerpo o tu salud, no importa lo que pase. No hay nada de lo que no podamos hablar juntas..."
6. Prepararse para las transiciones de la vida con confianza
El conocimiento genera confianza. Las niñas que conocen la salud de su sangre se acercan a la pubertad preparadas y no confusas. La Dra. Momon-Nelson celebró este hito llevando a su hija a una excursión especial: “La llevé a una cita porque le dije: “Hagámoslo fuera de casa”, y fuimos al cine y a comer, y le di la oportunidad de hacer preguntas” [4]. También preparó una caja con material para el periodo. Esta preparación permitió a su hija afrontar los cambios con confianza y no con miedo.
Cómo iniciar la conversación: " Vamos a preparar un pequeño kit con las cosas que algún día podrías necesitar, para que te sientas preparada estés donde estés..."
7. Reforzar la autonomía del cuerpo
Las conversaciones sobre la salud de la sangre incluyen, naturalmente, comentarios sobre la autonomía del cuerpo: el concepto fundamental de que el cuerpo de tu hija sólo le pertenece a ella. Comprender la menstruación ayuda a las niñas a reconocer que los cambios de su cuerpo son normales y están bajo su control. Esta base les ayuda a tomar decisiones informadas sobre su salud, a establecer límites adecuados y a desarrollar habilidades de autodefensa que les servirán durante toda su vida.
Cómo iniciar la conversación: "Tu cuerpo te pertenece, y entender cómo funciona te ayudará a cuidarlo y a tomar decisiones que te parezcan adecuadas..."
8. Romper el silencio entre generaciones
Muchas mujeres han crecido sin la información adecuada sobre la salud de su sangre, lo que ha perpetuado los ciclos de desinformación y vergüenza. Si hablas abiertamente de estos temas con tu hija, romperás este patrón. Una madre dijo: "No quería que mi hija experimentara la misma confusión que yo. Hablando pronto y a menudo, estoy cambiando la forma en que nuestra familia aborda la salud de la mujer para las generaciones venideras" [5]. Tus conversaciones de hoy crean un nuevo legado de apertura y educación.
Cómo iniciar la conversación: "Cuando yo tenía tu edad, no hablábamos mucho de estas cosas, pero quiero que estés mejor informada que yo..."
9. Fomentar hábitos de salud para toda la vida
Las primeras conversaciones sobre la salud de la sangre se extienden naturalmente a conversaciones más amplias sobre el bienestar, como la nutrición, la hidratación, el ejercicio y el bienestar emocional. Estos elementos influyen significativamente en la salud de la sangre, sobre todo en los niveles de hierro y la circulación. Enseñar a tu hija a controlar su salud en general en relación con su ciclo menstrual establece pautas de concienciación sobre la salud que la beneficiarán durante toda la vida adulta [6].
Cómo iniciar la conversación: "¿Sabías que tanto lo que comemos y lo activas que somos influye en cómo nos sentimos durante la menstruación? Te voy a contar de los alimentos que nos ayudan a mantener la sangre sana..."
10. Crear un espacio para las experiencias personales
La experiencia de cada niña con la menstruación y la salud de la sangre es única. Las conversaciones tempranas y continuas crean un espacio para que tu hija comparta sus experiencias personales sin ser juzgada. Esta validación es crucial para su bienestar emocional. Como aconseja la Dra. Momon-Nelson: "El enfoque de la narración tiene que cambiar para expresar realmente el hito especial en la vida de una joven, y eso no es malo. No es algo de lo que debas espantarte o avergonzarte, sino que es casi como una bienvenida, una felicitación por haber entrado en un nuevo capítulo de tu vida" [4].
Cómo iniciar la conversación: "La experiencia de cada uno es diferente. Me encantaría saber cómo te sientes con estos cambios, si es que quieres compartirlo…"
Sentar las bases de la salud para toda la vida
Iniciar conversaciones sobre la salud de la sangre a una edad temprana crea una base de conocimiento, confianza y autonomía que beneficiará a tu hija durante toda su vida. Estas conversaciones abren las puertas a una mayor concienciación sobre la salud y refuerzan tu relación durante los años más importantes del desarrollo.
La tecnología moderna puede ayudar a facilitar estas conversaciones. La aplicación Ruby utiliza una tecnología patentada de selfies de uñas para controlar la salud de la sangre, analizando las fotos de las uñas para calcular los índices de hierro y circulación. Esta herramienta puede hacer que el control de la salud de la sangre sea más sencillo y menos intimidatorio para las mujeres jóvenes, proporcionando una forma simple de poner en práctica la concienciación que han creado a través de sus conversaciones.
Recuerda que estas conversaciones no tienen por qué ser perfectas, sólo tienen que llevarse a cabo. Tu disposición a hablar abiertamente de estos temas transmite el poderoso mensaje de que la salud de tu hija es importante y de que siempre puede acudir a ti en busca de orientación y apoyo.
Referencias:
[1] Clínica Mayo. "Ciclo menstrual: Qué es normal y qué no".
[2] The Woman's Clinic. “Es la hora: cómo hablar con tu hija sobre la salud femenina”.
[3] Kanj, R. (2023). Northwell Health, Departamento de Ginecología Pediátrica y Adolescente.
[4] Holohan, M. (2023). "I'm an OB-GYN. Here's How I Talked to My Daughter About Periods" (Soy ginecóloga obstetra. Así es como hablé con mi hija sobre la menstruación). TODAY.
[5] Encuesta a padres sobre educación menstrual, 2022.
[6] Clínica Cleveland. "Ciclo menstrual".
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