Como mujer, el autocuidado y el bienestar deben ser prioridades en tu vida, tanto ahora como en el futuro. Conocer los exámenes preventivos adecuados que debes realizarte a lo largo de tu vida es clave para mantenerte sana y segura. Desde los primeros años hasta la edad adulta, hay ciertas pruebas que todas las mujeres deben incorporar a su rutina de autocuidado. Cuando se alcanzan los 60 años, las distintas pruebas de salud adquieren importancia para controlar las afecciones relacionadas con la edad. Tomar medidas ahora para el autocuidado a largo plazo con estas pruebas necesarias garantizará que te mantengas lo más sana posible en los años venideros.
1. Mamografía (prueba del cáncer de mama)
Una mamografía es una radiografía de la mama que se utiliza para detectar el cáncer de mama. Las mamografías pueden realizarse con tecnología digital o con placas. La Sociedad Americana del Cáncer recomienda que las mujeres mayores de 40 años se hagan una mamografía cada año. Las mamografías periódicas son un elemento fundamental de la atención sanitaria preventiva para las mujeres a partir de los 40 años. Su finalidad no es diagnosticar el cáncer, sino detectar cualquier célula que presente signos precoces de cambios cancerosos.
Cuando se detecta a tiempo, muchos casos de cáncer de mama pueden tratarse con éxito y con un impacto mínimo en la calidad de vida. La prueba en sí es rápida y generalmente indolora, dura unos 20 minutos y consiste en una radiografía de baja dosis. Aún más tranquilizador es el hecho de que las mamografías utilizan ahora tecnología digital, que requiere menos exposición a la radiación que las técnicas tradicionales con placas. Para asegurar el máximo beneficio de esta importante prueba de detección, se aconseja que las mujeres consulten con su médico cuándo deben comenzar la rutina.
2. Citología vaginal (prueba del cáncer de cuello uterino)
La citología vaginal es una prueba que se utiliza para detectar el cáncer de cuello uterino. La prueba consiste en recoger células del cuello uterino, que se examinan para detectar signos de cáncer. La Sociedad Americana del Cáncer recomienda que las mujeres mayores de 25 años se hagan una citología vaginal cada tres años. Durante una citología vaginal, se extraen células del cuello uterino y se examinan al microscopio para detectar anomalías, lo que ayuda a identificar afecciones precancerosas que pueden derivar en cáncer de cuello uterino si no se tratan.
Este análisis periódico se recomienda a las mujeres de entre 21 y 65 años que deben someterse a él cada tres años aproximadamente, y con mayor frecuencia si presentan factores de riesgo como antecedentes de VPH o múltiples parejas sexuales. Se puede realizar durante un examen médico anual y solo lleva unos minutos, por lo que es una de las pruebas preventivas más sencillas que una mujer puede llevar a cabo para su salud.
3.Examen de la piel
Un examen de la piel es una exploración de la piel que se utiliza para detectar el cáncer de piel, como el melanoma. Durante un examen cutáneo, un médico o enfermero observa la piel para detectar cualquier crecimiento anormal o cambio de coloración. La Academia Americana de Dermatología recomienda que las personas de todas las edades se hagan un examen de la piel todos los años. La revisión periódica de la piel en busca de anomalías puede desempeñar un papel importante en la detección temprana del cáncer de piel, lo que podría salvarte la vida. Los exámenes de la piel son importantes para todas las mujeres, aunque no presenten signos visibles de cáncer de piel.
Durante un examen de la piel, el médico inspeccionará la superficie y mirará bajo la superficie de la piel para detectar cualquier anomalía, como lunares, úlceras o lesiones que no deberían estar ahí. Si se encuentra alguna zona sospechosa, se recomendarán pruebas adicionales para determinar su gravedad. Aunque esto puede parecer intimidante, es una buena manera de tomar medidas proactivas para garantizar tu salud y seguridad. Los exámenes anuales o semestrales de la piel no deberían llevar más de 15 minutos, pero pueden marcar la diferencia a la hora de detectar posibles problemas a tiempo.
4. Prueba de la presión arterial
La presión arterial es una prueba que mide la fuerza con la que la sangre fluye por las arterias. Una presión arterial alta puede aumentar el riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. La Asociación Americana del Corazón recomienda que, a partir de los 20 años, las personas se tomen la presión arterial al menos una vez cada dos años. Una prueba de presión arterial es una parte increíblemente importante de la visita anual de una mujer a su médico.
Esta prueba sencilla e indolora puede revelar al médico muchos datos sobre tu salud. Un valor alto puede significar que corres el riesgo de sufrir una serie de problemas médicos graves, como un infarto cerebral o una cardiopatía. Un valor bajo podría indicar que estás deshidratado o que padeces una enfermedad denominada hipotensión. Actuar en cualquiera de estos casos puede marcar la diferencia a la hora de mantenerse sano. Así que si no te has hecho la prueba de la presión arterial recientemente, ¡no dudes en hablar con tu médico y hacértela pronto!
5. Prueba de densidad ósea
La densitometría ósea es una prueba que se utiliza para detectar la osteoporosis, una enfermedad que debilita y fragiliza los huesos. Las mujeres mayores de 65 años pueden hacerse una prueba de densidad ósea cada dos años, pero un estudio dirigido por la Dra. Margaret Gourlay descubrió que "el 10% de las mujeres en los rangos más altos de densidad ósea tardaría unos 15 años en desarrollar osteoporosis". Harvard Health también sugiere que la frecuencia de las pruebas dependa de la «fractura previa del paciente, los antecedentes familiares de osteoporosis y el consumo de alcohol y tabaco.»
Se trata de un procedimiento no invasivo e indoloro, en el que sólo se hacen pasar unos rayos X por el cuerpo para medir la densidad mineral de los huesos. Se recomienda que todas las mujeres de entre 40 y 70 años se sometan a esta prueba, ya que un diagnóstico temprano puede ayudar a tratar o prevenir problemas relacionados con la osteoporosis con cambios en el estilo de vida, como dieta y ejercicio. Además, las mujeres que están en riesgo debido a antecedentes familiares, factores externos o ambientales deben considerar tomar esta prueba anualmente o según lo recomendado por su médico.
6. Prueba del colesterol
Las pruebas de colesterol ayudan a identificar si hay o no niveles elevados de colesterol circulando por el organismo. Un simple análisis de sangre puede detectar niveles poco saludables y, a largo plazo, ayudar a prevenir problemas cardíacos graves o derrames cerebrales. Es muy recomendable que las mujeres se revisen el nivel de colesterol cada dos años para que puedan estar al tanto de su salud cardiovascular y tomar medidas proactivas cuando sea necesario.
Parte de una buena salud cardiaca consiste en controlar el nivel de colesterol del organismo para asegurarse de que se mantiene dentro de las cifras recomendadas. Aunque la edad, el sexo y los antecedentes familiares son factores de riesgo para tener niveles altos de colesterol, mantener hábitos de vida saludables como comer equilibrado, hacer ejercicio regularmente y evitar fumar pueden ayudar a controlarlo.
7. Colonoscopia
La colonoscopia es una forma poco invasiva de detectar cualquier anomalía en el colon o el recto, como tumores o pólipos. Durante este procedimiento, el médico utiliza un endoscopio especial para detectar cualquier signo de anomalía y, si encuentra algo inusual, puede ayudar a prevenir el desarrollo de una enfermedad más grave.
La Sociedad Americana del Cáncer recomienda que los adultos empiecen a someterse a colonoscopias a partir de los 45 años, pero es posible que las mujeres mayores deban empezar antes en función de su estado de salud actual o de factores de riesgo. Es especialmente importante para las mayores de 50 años o las mujeres con antecedentes familiares que las expongan a un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Además, es posible que algunos tipos de pólipos deban controlarse o extirparse con más frecuencia que una vez cada diez años. Asegúrate de hablar con tu médico sobre qué plan se ajusta a tus necesidades personales para una prevención óptima.
8. Pruebas de detección de la diabetes
Una prueba de detección de la diabetes es una forma de medir la cantidad de glucosa (azúcar) en el organismo. Esto ayuda a detectar si alguien puede tener diabetes o si la prediabetes (niveles altos de azúcar en sangre) podría ser un problema. Existen tres pruebas diferentes para detectar la diabetes: una prueba A1C, una prueba de azúcar en sangre y una prueba de orina. La prueba A1C determina su nivel medio de glucosa en los últimos 3 meses y proporciona resultados fiables sin ayuno. No requiere ningún ajuste dietético y puede realizarse en cualquier momento del día.
Un análisis de azúcar en sangre mide tus niveles de glucosa en ese momento concreto, por lo que necesitarás estar en ayunas entre 12 y 14 horas antes de realizarte este tipo de análisis. Por último, un análisis de orina no es tan preciso como los otros dos métodos; sin embargo, sigue siendo útil para controlar la medicación o detectar signos de cetoacidosis diabética. En general, las pruebas regulares de diabetes ya deberían estar integradas en las rutinas de autocuidado de todas las mujeres, ya que la diabetes puede tener efectos de largo alcance en los sistemas generales del cuerpo si no se controla.
9. VIH/SIDA
La mayoría de las mujeres deberían saber que el VIH/SIDA es una enfermedad de transmisión sexual grave e incurable. Conocer los factores de riesgo, prevenir la transmisión y someterse a pruebas periódicas es importante para proteger la salud. Para determinar si una mujer tiene el VIH/SIDA, puede someterse a una prueba de anticuerpos denominada ELISA (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas) o a una prueba de frotis bucal. Durante estas pruebas de detección del VIH/SIDA, la mayoría de las mujeres deberían saber que el VIH/SIDA es una enfermedad de transmisión sexual grave e incurable.
Si una mujer contrae el virus, un tratamiento adecuado con terapia anti retro vírica puede garantizarle una vida plena con síntomas mínimos, incluso sin encontrar una cura para esta dolencia física.
10. Infecciones de transmisión sexual
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden tener graves consecuencias para la salud femenina a largo plazo, por lo que es fundamental que las mujeres comprendan la importancia de someterse a pruebas de detección periódicas. Las ITS más comunes pueden pasar fácilmente desapercibidas, por lo que la única forma de detectarlas y tratarlas es someterse a una prueba profesional.
Las pruebas de ITS más comunes incluyen muestras de orina y frotis que examinan directamente la sangre o los genitales. Algunos médicos también pueden realizar un examen físico adicional si sospechan que una persona tiene una infección. Las mujeres deben acudir al médico al menos una vez al año para someterse a las pruebas, o con mayor frecuencia si son sexualmente activas con múltiples parejas. Las pruebas regulares son esenciales no sólo para la salud personal, sino también para proteger a las parejas de contraer una infección sin saberlo.
11. Cáncer de pulmón
¿Sabías que el cáncer de pulmón es el segundo tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres? Por eso es tan importante conocer los estudios disponibles para detectar la enfermedad en una fase temprana. Para el cáncer de pulmón, la U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) recomienda una tomografía computarizada o TAC de baja dosis a las personas de entre 55 y 80 años que sean o hayan sido fumadoras y hayan fumado un paquete de cigarrillos diario durante 30 años.
Si una mujer entra en esta categoría de riesgo, debería plantearse consultar con su médico la posibilidad de someterse a un estudio lo antes posible. Cualquier persona que experimente síntomas como tos persistente, respiración con silbidos, dolor torácico o infecciones recurrentes debe ponerse en contacto con su médico de inmediato, ya que pueden ser un signo de problemas subyacentes como el cáncer de pulmón. Las revisiones periódicas y los exámenes rutinarios pueden salvar vidas al detectar posibles problemas de salud en sus primeras fases.
Éstas son sólo algunas de las pruebas de salud que toda mujer debe conocer. Es importante que las mujeres tomen la iniciativa con respecto a su salud y se sometan a revisiones periódicas para detectar cualquier signo precoz de enfermedad. Consulta con tu médico qué pruebas son adecuadas para ti, en función de tu edad, tus antecedentes familiares y otros factores. Y no olvides los autoexámenes que puedes hacerte en casa. Si te familiarizas con tu cuerpo y sabes lo que es normal para ti, tendrás más probabilidades de notar cambios que podrían indicar un problema.