El embarazo es un viaje increíble lleno de ilusión y alegría, pero también puede conllevar retos inesperados. Uno de ellos, que toda futura mamá debe conocer, es la preeclampsia. Esta compleja enfermedad puede afectar hasta al 8% de los embarazos y repercutir en la salud y la seguridad tanto de la mamá como del bebé.
En este blog, analizaremos qué es la preeclampsia, cómo reconocer sus síntomas, comprender sus riesgos y, lo que es más importante, cómo tratarla eficazmente. Tanto si estás embarazada como si planeas estarlo, esta guía te proporcionará los conocimientos esenciales necesarios para afrontar la preeclampsia de forma segura.
¿Qué es la preeclampsia?
La preeclampsia es una complicación del embarazo caracterizada por hipertensión arterial y signos de daño en otro órgano, generalmente el hígado o los riñones. Suele aparecer después de las 20 semanas de embarazo en mujeres cuya presión arterial había sido normal anteriormente (Fuente: Clínica Mayo).
Síntomas de la preeclampsia
La detección temprana de la preeclampsia puede mejorar significativamente los resultados tanto para la mamá como para el bebé. Presta atención a estos síntomas comunes:
- Hipertensión arterial: Lecturas de 140/90 mm Hg o superiores en dos ocasiones espaciadas al menos cuatro horas.
- Proteinuria: Exceso de proteínas en la orina, descubierto mediante análisis de orina.
- Dolores de cabeza intensos: Dolores de cabeza persistentes que no desaparecen.
- Cambios visuales: Visión borrosa, ver manchas o sensibilidad a la luz.
- Hinchazón: Especialmente en la cara y las manos.
- Falta de aliento: Causada por líquido en los pulmones.
Si presentas alguno de estos síntomas, sobre todo después de la semana 20 de embarazo, ponte en contacto con tu médico inmediatamente.
Riesgos asociados a la preeclampsia
La preeclampsia conlleva riesgos tanto para la futura madre como para el feto. Las complicaciones para la mamá pueden incluir convulsiones (eclampsia), derrames cerebrales y daños en los órganos. Para el bebé, la preeclampsia puede provocar retraso en el crecimiento, parto prematuro o bajo peso al nacer (Fuente: Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos).
¿Quién está en riesgo?
Ciertos factores pueden aumentar la probabilidad de desarrollar preeclampsia:
- Antecedentes de preeclampsia: Un embarazo anterior afectado por preeclampsia.
- Hipertensión Crónica: Hipertensión arterial preexistente.
- Primer embarazo: Mayor probabilidad en madres primerizas.
- Embarazo múltiple: Embarazo de más de un feto.
- Edad: Mujeres menores de 20 años o mayores de 35.
- Obesidad: Índice de masa corporal (IMC) elevado.
- Antecedentes familiares: Familiares cercanos con antecedentes de la enfermedad.
Control de la preeclampsia
Aunque el parto es la única «cura» definitiva para la preeclampsia, existen varias estrategias para controlar la enfermedad y proteger la salud de la madre y el bebé:
- Consultas médicas prenatales periódicas: Las revisiones rutinarias pueden ayudar al médico a controlar la presión arterial y los niveles de proteínas en la orina.
- Tratamiento: Pueden recetarse medicamentos para la presión arterial que ayuden a controlar la hipertensión.
- Dieta sana: Céntrate en una dieta equilibrada baja en sodio y rica en frutas, verduras y cereales integrales.
- Hidratación adecuada: Mantenerse bien hidratado puede ayudar a regular la presión arterial.
- Actividad física: Haz ejercicio moderado siguiendo las recomendaciones de tu médico.
Cada caso de preeclampsia es único. Tu médico creará un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades específicas y a la gravedad de tu enfermedad.
¿Cuándo debo buscar ayuda?
La preeclampsia puede agravarse rápidamente, por lo que es fundamental saber cuándo buscar atención médica inmediata. No dudes en ponerte en contacto con tu médico o acudir a urgencias si presentas alguno de estos graves síntomas:
- Dolor intenso en la parte superior del abdomen, especialmente debajo de las costillas del lado derecho
- Dolores de cabeza intensos que no responden a los analgésicos de venta libre
- Alteraciones visuales, como visión borrosa, luces intermitentes o manchas.
En casos graves de preeclampsia, puede ser necesario un parto prematuro para evitar complicaciones tanto para la madre como para el bebé.
La preeclampsia es una enfermedad grave que requiere un seguimiento y un tratamiento cuidadosos. Conociendo los síntomas, comprendiendo los factores de riesgo y siguiendo los consejos médicos, las futuras madres pueden tomar medidas importantes para garantizar tanto su salud como la de su bebé.
Si te preocupa la preeclampsia o presentas algún síntoma preocupante, no esperes. Ponte en contacto con tu médico inmediatamente. Siempre es mejor ser precavida cuando se trata de tu salud y del bienestar de tu bebé