Quimioterapia y recuentos sanguíneos: Lo que todo paciente debe saber

Chemotherapy and Blood Counts: What Every Patient Should Understand

Recibir un diagnóstico de cáncer e iniciar la quimioterapia trae muchas preocupaciones nuevas, y comprender cómo la quimioterapia afecta tus recuentos sanguíneos es una de las más importantes. La quimioterapia está diseñada para combatir las células cancerígenas de manera agresiva, pero este poderoso tratamiento también afecta a las células sanas de tu cuerpo, en particular a aquellas de la médula ósea que producen tus células sanguíneas [1].

Comprender lo que está sucediendo en tu cuerpo, qué señales observar y cómo tu equipo médico te apoyará durante este proceso puede ayudar a transformar la ansiedad en empoderamiento al manejar tu salud durante el tratamiento contra el cáncer.

Cómo la quimioterapia afecta la producción de células sanguíneas

Los medicamentos de las quimioterapias se dirigen a las células que se dividen rápidamente, lo cual es exactamente lo que hace que las células cancerígenas sean tan peligrosas [2]. Desafortunadamente, tu cuerpo también tiene células sanas que se dividen con rapidez, y estas se convierten en víctimas no deseadas en la lucha contra el cáncer.

Tu médula ósea, el tejido esponjoso dentro de los huesos, funciona como una fábrica en funciones que produce tres tipos esenciales de células sanguíneas las 24 horas del día. La quimioterapia interrumpe este proceso de producción, por lo que tu equipo médico debe controlar muy de cerca tus recuentos sanguíneos a lo largo del tratamiento.

El estudio de sangre para realizar un recuento sanguíneo se llama hemograma completo (CBC, por sus siglas en inglés) y se convierte en tu punto de control regular, normalmente se debe programar antes de cada ciclo de tratamiento y a veces lo realizan con más frecuencia [3]. Estos números influyen directamente en tu plan de tratamiento. Tu equipo de oncología usa los resultados del recuento sanguíneo para determinar si es seguro proceder con tu próxima sesión de quimioterapia, si podrías necesitar apoyo adicional como factores de crecimiento o transfusiones, y cómo ajustar tus cuidados médicos y tratamientos para mantenerte lo más seguro posible.

Tipos comunes de quimioterapia y su impacto en los recuentos sanguíneos

Comprender tu tratamiento personal de quimioterapia puede ayudarte a saber qué esperar. Si bien cada persona responde de manera diferente, ciertos patrones se repiten con los diferentes tipos de medicamentos.

Agentes alquilantes como la ciclofosfamida y el cisplatino se usan comúnmente para el cáncer de mama. Estos medicamentos causan efectos retardados: tu recuento sanguíneo puede parecer normal al inicio y luego descender de manera significativa días después, lo que requiere revisiones constantes.

Antimetabolitos como el metotrexato y el 5-fluorouracilo se usan con frecuencia en el cáncer colorrectal. Estos fármacos afectan especialmente a los glóbulos blancos, por lo que el riesgo principal durante el tratamiento podrían ser las infecciones.

Antraciclinas como la doxorrubicina y la daunorrubicina son medicamentos potentes usados contra los linfomas. Estos presentan efectos acumulativos: cada ciclo puede tener un impacto más fuerte en los recuentos sanguíneos.

Taxanos, como el paclitaxel y el docetaxel, se emplean habitualmente en el cáncer de próstata. Con estos medicamentos, la neutropenia —una peligrosa caída en los glóbulos blancos que combaten infecciones— suele ser el factor que limita la dosis.

Compuestos de platino como el carboplatino y el oxaliplatino se usan en el cáncer de pulmón. Su efecto característico es la trombocitopenia, o bajos niveles de plaquetas, lo que hace que el sangrado y los moretones sean las principales preocupaciones de seguridad.

Los tres tipos fundamentales de células sanguíneas

Comprender qué hace cada tipo de célula sanguínea y qué ocurre cuando los recuentos bajan demasiado te ayuda a reconocer síntomas importantes y a saber cuándo pedir ayuda.

Glóbulos rojos y anemia

Tus glóbulos rojos transportan oxígeno desde los pulmones a todas las partes del cuerpo. Cuando la quimioterapia reduce su producción, se desarrolla anemia, y podrías encontrarte exhausto tras actividades que antes eran fáciles, marearte al ponerte de pie o quedarte sin aliento al subir escaleras [1].

Este cansancio es un agotamiento profundo que parece no desaparecer ni si quiera cuando descansas. Tu equipo médico controla tu recuento de glóbulos rojos y los niveles de hemoglobina, y cuando descienden demasiado, puede recomendar transfusiones de sangre para restaurar tu energía y la capacidad de transporte de oxígeno.

Glóbulos blancos y neutropenia

Tus glóbulos blancos, en particular los neutrófilos, son la defensa de tu cuerpo contra las infecciones. Cuando la quimioterapia suprime estas células, entras en un período vulnerable llamado neutropenia. Esto suele ocurrir entre 7 y 14 días después del tratamiento —un periodo llamado nadir, cuando los recuentos alcanzan su punto más bajo.

Durante la neutropenia, tu cuerpo pierde gran parte de su capacidad para combatir incluso infecciones menores. Los signos de advertencia incluyen fiebre (especialmente de 38 °C o más), escalofríos intensos, dolor de garganta o dificultad para respirar [4]. Estos síntomas requieren atención médica inmediata.

Tu equipo de médicos puede recetarte antibióticos como medida preventiva o administrarte inyecciones de factores de crecimiento para estimular la producción de glóbulos blancos.

Plaquetas y trombocitopenia

Las plaquetas son pequeños fragmentos celulares que ayudan a coagular la sangre. Cuando la quimioterapia reduce su producción, se desarrolla trombocitopenia y la sangre pierde eficacia para coagular.

Podrías notar que te salen moretones con mucha más facilidad que antes, o que los pequeños cortes sangran mucho más tiempo de lo habitual [1]. Algunos pacientes desarrollan pequeñas manchas rojas en la piel llamadas petequias, o notan que les sangran las encías al cepillarse los dientes. Tu equipo médico controla de cerca el recuento de plaquetas y puede proporcionar transfusiones si es necesario.

Recuperación, control y comunicación

Recuperación y apoyo médico

La disminución del recuento sanguíneo suele ser temporal: la médula ósea tiene una notable capacidad regenerativa y los recuentos suelen recuperarse entre dos y cuatro semanas después de completar la quimioterapia. Tu equipo médico dispone de varias herramientas para apoyar este proceso.

Los medicamentos con factor de crecimiento como el filgrastim (Neupogen) o el pegfilgrastim (Neulasta) estimulan la producción de glóbulos blancos, mientras que los agentes estimulantes de la eritropoyesis (AEE) ayudan a combatir la anemia. Cuando los recuentos descienden peligrosamente, la terapia transfusional es vital: las transfusiones de glóbulos rojos restauran la energía y la capacidad de oxígeno, mientras que las transfusiones de plaquetas restauran la capacidad de coagulación.

Es posible que tu equipo también te recomiende tomar suplementos de hierro, vitaminas como la B12 y ácido fólico, o hacer cambios en el tratamiento, como reducir la dosis o retrasar los ciclos de tus quimioterapias, según cómo respondan los niveles de tu sangre.

Control y seguridad

Tu equipo médico establecerá un seguimiento periódico, que normalmente consistirá en revisar los recuentos sanguíneos antes de cada ciclo de tratamiento [3]. Comprender tus resultados te permite participar activamente en tus cuidados: pregunta por las cifras específicas, los rangos normales y los rangos de intervención [5].

Los síntomas más graves que requieren atención inmediata incluyen fiebre, escalofríos, cansancio inusual, aparición fácil de moretones o sangrado prolongado [4]. No dudes en llamar a tus médicos aunque te encuentres fuera del horario laboral.

Las medidas de seguridad diarias incluyen una higiene meticulosa de las manos, evitar las multitudes durante los periodos de alto riesgo y tomar precauciones en lo que respecta a la alimentación. La nutrición también favorece la recuperación: los alimentos ricos en hierro combinados con vitamina C mejoran la absorción, mientras que una ingesta adecuada de proteínas y una buena hidratación contribuyen a una mejor recuperación general.

Comunicación efectiva

Cuando reportes a tus médicos tus síntomas, sé específico sobre el momento en que se presentan, su gravedad y su impacto en tu vida diaria. En lugar de decir “me siento cansado”, describe cuándo es más intensa la fatiga y cómo afecta a tus actividades en comparación con tus niveles de energía habituales.

Pregunta sobre los rangos objetivo, el control de tendencias y cómo los resultados influyen en las decisiones sobre el tratamiento. Comprender los niveles de recuento sanguíneo que podrían desencadenar modificaciones te ayudará a sentirte preparado para las fluctuaciones.

Conclusión

Comprender cómo la quimioterapia afecta tus recuentos sanguíneos te permite participar de manera activa e informada en tu proceso de tratamiento contra el cáncer. Aunque la disminución de los recuentos sanguíneos puede resultar abrumadora, tu equipo de atención médica tiene una amplia experiencia en el manejo seguro de estos efectos.

El control regular, la comunicación abierta y el conocimiento de los síntomas importantes te permiten abordar el tratamiento con mayor confianza. Tus recuentos sanguíneos fluctuarán y habrá días difíciles, pero estos efectos suelen ser temporales y se pueden controlar con la asistencia médica adecuada.

Recuerda que sentir estos efectos secundarios no significa que tu tratamiento no esté funcionando, sino que son aspectos esperados de la terapia contra el cáncer. Al mantenerte informado y tomar un papel activo en el control de tu salud, te estás procurando la mejor base para un tratamiento exitoso.

Consulta siempre a tus médicos para que te den el mejor asesoramiento y te ayuden a tomar decisiones sobre tu tratamiento, y para que te aclaren cualquier duda que tengas sobre tu situación específica.

Referencias

[1] Sociedad Americana contra el Cáncer. Efectos secundarios de la quimioterapia. https://www.cancer.org/cancer/managing-cancer/treatment-types/chemotherapy/chemotherapy-side-effects.html

[2] Clínica Cleveland. Quimioterapia. https://my.clevelandclinic.org/health/treatments/16859-chemotherapy

[3] Cancer Research UK. Planificación de la quimioterapia: pruebas previas a la quimioterapia. https://www.cancerresearchuk.org/about-cancer/treatment/chemotherapy/planning/chemotherapy-tests

[4] Cancer Research UK. La sangre y la médula ósea: efectos secundarios de los medicamentos contra el cáncer. https://www.cancerresearchuk.org/about-cancer/treatment/cancer-drugs/side-effects/your-blood-and-bone-marrow

[5] Sociedad Americana contra el Cáncer. Cómo entender los resultados de sus pruebas de laboratorio. https://www.cancer.org/cancer/diagnosis-staging/tests/understanding-your-lab-test-results.html

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